Piensa por ti mismo; piensa como yo
- Etemi 6
- 23 abr
- 2 Min. de lectura

Desde Etemi6 estamos empeñados en difundir, publicar, divulgar, extender, propagar el pensamiento crítico. Todo el mundo acusa a todo el mundo de pensar equivocadamente: criterio de rebaño, pensamiento conspiranoico o negacionista.
Curiosamente, un joven que dice no dejarse manipular por nadie defiende las mismas ideas que los tres hombres más ricos del mundo. ¡Qué fácilmente caemos en engaños, enredos del pensamiento inducido, manipulación de la conciencia para acabar creyéndonos cualquier cosa disfrazado de verdad! El carnaval de las mentiras travestidas de verdades.
Cuando aparecen afirmaciones como «piensa por ti mismo» o «no dejes que piensen por ti», suele ser la antesala de una nueva encerrona mental. Estamos con Anna Arendt cuando afirma con rotundidad que educar un pensamiento crítico es un imperativo moral urgente. Y nosotros, además, afirmamos que es un bien de primera necesidad, más indispensable que nunca.
El poder digital imperante no sólo sabe lo que hacemos, pensamos y deseamos en cada momento, sino que puede inducir lo que vamos a hacer y configurar nuestra conducta. Nos revelamos y nos negamos al «no se puede hacer nada». ¿Cómo enfrentarnos al titán, cómo pelear contra Goliat?
Algunas claves de pensamiento crítico
En primer lugar, ser autocrítico, la humildad de no estar absolutamente seguros de casi nada. Una sana sospecha hasta de mis propias certezas es un buen punto de partida. Somos expertos en hacernos trampas al solitario.
Además de no olvidar que las grandes verdades se encuentran entre muchos que colaboran durante un dilatado proceso de reflexión compartida. Desconfiemos de las respuestas fáciles, rápidas y automáticas de una mente y una noche efervescente.
Pongamos en valor el diálogo con diversidad de enfoques y perspectivas, eso siempre es riqueza; así como elaborar un análisis coherente y global que dé sentido al todo y a la parte.
Cultivemos la actitud de «ignorar críticamente» las fuentes de baja calidad, no entrar a todos los trapos, como el toro en el ruedo; seleccionar nuestras batallas mentales, distinguiendo lo importante de lo urgente. Fomentar el diálogo, la tertulia, la virtud de escuchar. No a la discusión, sí al diálogo. No con-vencer sino entender para dialogar.
Recuperemos el viejo arte de conversar, mantener coloquios, buscar lo que el otro quiere decir para encontrar su trozo de verdad. Conectemos las «burbujas de opinión», causa principal del enfrentamiento sociopolítico, compartiendo ideas y experiencias «puente».
Educarnos y educar desde y para el arte del pensamiento crítico compartido; ello requiere ser generosos, haciendo camino al andar, juntos, con honestidad, valor y decisión. En tiempos de guerra, armémonos para el diálogo.
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