Preguntar-nos
Desde Etemi6 nos queremos seguir planteando una reflexión fundamental sobre la experiencia y cómo aprender de ella. Si el cuerpo nos relaciona con el mundo, eso deja una huella en nosotros, personal y colectivamente, que va escribiendo despacio y con buena letra las páginas de nuestra vida.
Todas las aportaciones son y serán bienvenidas, porque pensar colectivamente siempre será un nivel superior a la reflexión personal, aunque en el pensamiento de cada uno está camuflada la historia y la cultura colectiva de muchas personas durante generaciones. Por ello, estamos abiertos como asociación a que nos des tu parecer para construir juntos una experiencia común.
Para empezar queríamos detenernos en la importancia de la pregunta. ¿Cuáles son las grandes preguntas? A veces las más sencillas, las más evidentes. Es más fácil responder que preguntar. Aquí hoy nos vamos a preguntar por las preguntas; por mis preguntas, tus preguntas más íntimas, las que ni siquiera sabes o quieres formular.
Educar y educarse es aprender a convivir con las preguntas propias y ajenas. En cada pregunta hay dos cosas importantes: algo que se sabe y algo que se desea saber. Con los buscadores y la inteligencia artificial parece que ya lo podemos saber todo. Sin embargo, nos falta a menudo lo más importante: las ganas de saber, la curiosidad. El deseo de buscar es un tesoro en los tiempos que corren más propios de saturación y hartazgo.
Desde aquí, vaya un primer brindis por esa inquietud primera de levantarse y querer encontrar una pregunta motor. Las buenas preguntas deben ser breves, concretas, con las palabras precisas y que nazcan de la honestidad como la de un niño que quiere saber. Luego vendrá la respuesta y con ella la mayéutica, las nuevas indagaciones, las matizaciones… pero eso vendrá después.
Por ahora tenemos tarea: preguntar-nos lo esencial.
Gracias por esta interesante reflexión. Creo que el deseo de aprender, la curiosidad y el asombro son los motores para que el aprendizaje sea cualitativo. El hecho de que cada vez nos asombremos menos ante lo bello y lo sencillo de la vida no es casualidad.
Tras una profunda reflexión sobre este tema me surge una pregunta...¿Por qué nos cuesta tanto hacernos preguntas importantes? Tal vez por miedo a que las respuestas nos incomoden o nos lleguen a tocar el corazón y cambiarnos la vida. Se requiere valentía y humildad para preguntar, así como para escuchar, abrazar y procesar las respuestas.
Ánimo valientes!
Muchas gracias
Magnífica reflexión, muchas gracias. La honestidad (inseparable de la asertividad) es la llave del crecimiento personal y colectivo. Esta experiencia mía de búsqueda/huída, que no es sino una serie de vivencias basadas en la relación "preguntas -respuestas", me ha revelado uno de los secretos que más significan nuestra experiencia vital: la importancia de la colectividad - ser y sentirse parte de los demás - para el bienestar personal. Una respuesta que ya sabía y, a su vez, necesitaba que me fuera revelada de nuevo, esta vez con otro tono, con otra narrativa, con otras miradas que interrogan. Saludos desde Cantabria.